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JUVENTUD
Walter Benjamin nació en Berlín en el seno de una familia judía el 15 de julio de 1892. Fue educado en su casa hasta la edad de diez años, más tarde completó sus estudios secundarios y estudió Filosofía en la Universidad Humboldt de Berlín. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, Benjamin estaba traduciendo la poesía de Charles Baudelaire. En 1915, con veintitrés años, se trasladó a Munich donde conoció a Gershom Scholem, el que sería el fundador del estudio moderno de la Cábala y con quien fraguó una estrecha amistad que duraría muchos años. En Munich, Benjamin conoció también al poeta Rainer Maria Rilke y escribió un estudio sobre el poeta Hölderlin.
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LAS DIFICULTADES DE UN JOVEN CRíTICO, TRADUCTOR Y FILóSOFO
Benjamin evitó alistarse en el ejército alemán fingiendo dolores de espalda. En 1917 Benjamin se trasladó a Berna (Suiza), donde dos años más tarde terminó su doctorado sobre El concepto de la crítica de arte en el Romanticismo alemán, con una mención de summa cum laude. Pero como no logró alcanzar un puesto académico, se ganaba la vida con mucha dificultad. En esta época ya estaba casado con Dora Pollack y tenía un hijo, Stefan Raphael. Benjamin escribió el ensayo Una crítica de la violencia, publicó una traducción de Baudelaire y siguió escribiendo e investigando, pero la situación económica de la familia siguió empeorando debido a la crisis en la República de Weimar.
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BENJAMIN, SCHOLEM Y EL SIONISMO
En 1923, el amigo de Benjamin, Gershom Scholem, bajo la influencia de Martin Buber, decidió emigrar a Palestina. Scholem invitó a Benjamin a acompañarle, y luego hasta trató de tentarlo ofreciéndole un puesto en la Universidad Hebrea, aunque fue en vano. Benjamin nunca había sentido ningún interés por el sionismo y al igual que Zweig, consideraba el judaísmo como una fuerza espiritual y cultural en Europa: "Mi experiencia de vida me ha llevado a la siguiente conclusión: los judíos representan una élite en las filas de los activos espiritualmente […] Pues para mí el judaísmo no es de ninguna manera un fin en sí mismo, sino el portador más destacado y representativo de lo espiritual".
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UN INTELECTUAL EUROPEO EN LOS AñOS VEINTE
Benjamin continuó escribiendo en alemán y fue ganándose poco a poco el respeto de la comunidad intelectual. Un estudio que escribió sobre una novela de Goethe, una obra sobre el origen de la tragedia alemana y el resto de sus investigaciones, le tenían que haber abierto el camino para obtener un puesto en una universidad alemana, pero esto no fue así.
En los años veinte, Benjamin tradujo parte de En busca del tiempo perdido de Proust, escribió artículos en prensa y vivió algún tiempo en París. Allí, en la desbordante y moderna capital francesa, comenzó su gran obra sobre la vida parisina en el siglo XIX.
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1929-1940: BERLíN – IBIZA – NIZA – PARíS
En Alemania y en toda Europa estaban sucediendo importantes cambios políticos. Con el ascenso de Hitler al poder, Benjamin se marchó a Ibiza y luego a Niza. Tras el incendio del Reichstag en 1933, se instaló en París y mantuvo contactos con un grupo de intelectuales alemanes exiliados: Hannah Arendt, Kurt Weill, Herman Hesse y otros. Benjamin, que se ganaba la vida con mucha dificultad como exiliado en París, se sumergió en su obra. Escribió sobre Baudelaire, pasaba largos días en las bibliotecas y por las noches deambulaba por las calles de París. Continuó trabajando en una obra sobre el París del siglo XIX y escribió el ensayo Sobre el concepto de historia.
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HUYENDO DE LOS NAZIS
En 1938 revocaron la ciudadanía de los judíos alemanes y Benjamin se convirtió en un exiliado sin Estado. Fue detenido y estuvo tres meses en la cárcel. El 13 de junio salió de París, un día antes de que el Wehrmacht (ejército alemán) entrara en la ciudad con una orden de arresto. Benjamin huyó con su hermana al sur del país, a Lourdes. Tenía la esperanza de llegar a EE.UU y había conseguido un visado a través de su amigo Max Horkheimer. Cuando llegó a los Pirineos, cruzó la frontera española con un grupo de refugiados ayudados por un guía.
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DESESPERACIóN Y SUICIDIO
Benjamin estaba agotado después de la dura caminata a través de los Pirineos cuando supo, al llegar a Portbou en Cataluña, que el régimen de Franco no aceptaba más refugiados. Ante la posibilidad de ser deportado a Francia y detenido por los nazis, Benjamin, enfermo, agotado, perdido y desesperado, tomó una sobredosis de pastillas de morfina. Murió el 25 de septiembre de 1940, a la edad de cuarenta y ocho años. Su hermano Georg fue asesinado en el campo de concentración de Mauthausen en 1942. A la tragedia de Benjamin se suma el hecho de que el resto del grupo que había cruzado los Pirineos recibió el permiso para continuar a Lisboa, y llegó a esta ciudad el 30 de septiembre.