Las raíces de la Cábala se remontan a la antigua literatura esotérica judía como Los santuarios divinos (la literatura de los Hekhalot), laObra de las carrozas (Maasé Merkavá) y El Libro de la Creación (Sefer Yetzirá). Esta literatura, por su parte, tiene sus orígenes en fuentes que datan de los siglos I y II d. de C.

El libro del Zohar, la obra central de la Cábala, fue compuesta por el rabino Moshé de León en Guadalajara entre 1280 y 1286, aunque algunos estudiosos creen que quien la escribió fue un grupo de autores.

El libro se presenta como si el rabino Simeón Bar Yojai, un sabio judío del siglo II d. de C., la hubiese escrito. Este rabino estuvo oculto durante trece años en una cueva estudiando la Torá, inspirado por el profeta Elías, mientras se escondía de las persecuciones romanas.

El Zohar es un comentario místico de la Torá (el Pentateuco) que gira en torno a dos ejes principales: el primero es el de los misterios de las emanaciones de Dios, llamado Sefirot, que se reflejan en muchos símbolos en el mundo creado; el segundo eje es la situación del judío y de su destino tanto en el mundo material como en el de los espíritus. El interés principal del Zohar era la creación de una realidad alternativa donde la redención sustituyera al exilio. La acción humana se considera pues una contribución vital en la lucha cósmica entre el exilio y la redención.

Después del trauma nacional de la expulsión de España en 1492, los judíos comenzaron a buscar señales de la llegada del esperado Mesías judío. En la primera mitad del siglo XVI, la comunidad de Safed en Galilea (en el norte de la Tierra de Israel) se convirtió en el centro de los eventos místicos, exegéticos, legales y litúrgicos del judaísmo.

La escuela de Safed comenzó con los rabinos Yosef Caro, Shlomo Alkabetz y Moisés Cordovero entre 1535 y 1572, y culminó con el rabino Isaac Luria, su líder más influyente. Mientras que la Cábala más antigua se centraba en el regreso del hombre a su origen vital a través de la contemplación de los mundos superiores, los místicos de Safed combinaron la doctrina cabalística con la práctica de tendencias mesiánicas y apocalípticas.

Más tarde, la Cábala de Safed se difundió por Egipto, Turquía e Italia, y luego a otros centros judíos por toda la diáspora.

En los siglos XVII y XVIII, la Cábala de Safed y El libro del esplendor (Sefer ha-Zohar) generaron un movimiento mesiánico denominado sabateanismo. En Europa Oriental impulsó un movimiento especial conocido como Jasidút.

La Cábala en general, y especialmente el Zohar, era considerada como una doctrina que sólo puede ser comprendida correctamente por estudiosos que tengan un profundo conocimiento de las fuentes judías.

Después del episodio del sabateanismo, la preocupación de la Cábala con cuestiones básicas sobre la naturaleza de lo divino provocó que se la considerara una doctrina peligrosa que podía llevar por el mal camino a los creyentes más ingenuos. Así que finalmente se prohibió el estudio de la Cábala a personas menores de cuarenta años o que no hubieran alcanzado un cierto nivel de erudición.

La invención de la imprenta fue un factor principal en la expansión de la Cábala, superando las restricciones impuestas a su difusión y estudio.