CARTA DE ZWEIG A KAYSER

Carta de Zweig a Kayser: 30 de noviembre de 1933

Antes de 1933 Rudolf Kayser era el editor jefe de la Neue Rundschau, la revista literaria más influyente publicada por la editorial S. Fischer. Kayser mantenía contacto con muchos autores de lengua alemana, entre los que estaba Stefan Zweig. En esta carta escrita en Londres, Zweig alude a sus planes de poner fin a su colaboración con Fischer, que tras la llegada de los nazis al poder estaba a punto de resolver todos los contratos con autores judíos. También menciona que se ve obligado a abandonar su casa y su biblioteca, y comenzar una nueva vida a pesar de su cansancio. Zweig menciona el gran éxito de la biografía de María Antonieta y su monografía sobre Erasmo de Rotterdam, cuyo destino consideraba semejante al suyo: un intelectual frágil en tiempos difíciles.

 

30 de noviembre de 1933

Querido Dr. Kayser,

Su carta me emocionó profundamente. Me llegó en un momento terrible. Como usted, he optado por el "camino intermedio", y no he publicado ni una sola frase para huir de mi conflicto interior. [En cualquier caso] tampoco se me permitió hacerlo, ya que el Börsenblatt publicó mi carta al Insel sin título, y desde entonces se me considera un traidor entre los emigrantes. Como venganza uno de los extremistas publicó una carta privada que escribí, y ahora circulan habladurías sobre mí. Thomas Mann estuvo en una situación parecida, pero su éxito le dio la razón. Pronto [me encontraré] sin patria. No puedo quedarme en Salzburgo, una pequeña ciudad de lo más antisemita, cerca de la frontera alemana, sin estar fuertemente condicionado. Y así, estoy perdiendo mi hogar, mis libros, mis colecciones, y tengo que comenzar una vida completamente nueva a pesar de mi cansancio.

Lo único [positivo] es que mi situación económica está asegurada a corto plazo. María Antonieta me dio independencia para no tener que ganar dinero durante uno o dos años, y teniendo en cuenta todo lo que estoy perdiendo por estas circunstancias, me conviene no tener odiosas preocupaciones económicas. Mucho peor es [la situación] de otros: algunos amigos me traicionaron para conseguir un pequeño éxito en la prensa, y otros me han decepcionado, ¿actué correctamente? No hay dicho más sabio que este: haga lo que haga un judío hoy siempre está mal. Mi consuelo es un pequeño libro sobre Erasmo, la tragedia de un hombre frágil y débil que se encuentra [atascado] en el medio y es derrotado por fanáticos. Al leer esto proyecto de alguna forma algo de mi propio destino en un espejo.  

He estado algún tiempo aquí en Londres (voy a escribir un libro sobre María Estuardo) y la vida aquí es agradable. La indiferencia de la gente, que me solía molestar, ahora me gusta: la gente no se preocupa por el prójimo. Estoy pensando seriamente en la posibilidad de mudarme aquí si llegase a ser necesario, pero comprendo plenamente sus dudas: aquí tampoco le toman a uno en serio y probablemente en ningún otro lugar. Si vuelvo, quizá pueda hacer algo por su Spinoza y por su nuevo libro; como verá, he pensado a menudo en usted. Nos entendemos mejor a través del silencio.

Mi dirección es nuevamente Salzburgo (pero espero que no por mucho tiempo. Ya no puedo aguantar sus caras llenas de odio). Bienaventurados los indiferentes a los que les gustan los gatos, el fútbol y el whisky: nosotros ya somos lo bastante complicados. ¡Mis mejores deseos y valor y valor!

Muy cordialmente,

Stefan Zweig